Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://hamzahnbsm771163.dm-blog.com/38613245/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006